Desde la semilla del tabaco hasta el empaque de los puros
Luego de dos horas de autopista y de media hora de carretera sinuosa, alcanzo el Valle de Viñales, en la provincia de Pinar del Río en Cuba. Circundado por mogotes, montañas de rocas caliza de origen marino, en su superficie se intercalan puños de palmeras con tierras de cultivo de tabaco. Ellas y yo nos regocijamos con el clima templado de diciembre, idóneo para que el tabaco crezca y delicioso para visitar esta región llamada Vuelta Abajo, una de las cinco regiones tabaqueras de Cuba, y que goza de Denominación de Origen Protegida.
Las tierras de cultivo pertenecen a fincas de pequeños propietarios. Me recibe Diego, quien, a sus 30 años, es veguero, es decir, agricultor de tabaco, y torcedor, así se le llama a quien elabora puros. No se trata de elaborar los puros para las grandes marcas como Cohiba, Partagás o Romeo y Julieta, comercializadas por Habanos, S.A. Esta es una empresa mixta con participación igual entre CUBATABACO (cubana y única productora de puros en el país) e ITI CIGARS, S.L. (española), creada en el año 2000 para esquivar el bloqueo económico del gobierno estadounidense sobre la isla y comercializar los puros Habanos y productos relacionados en el mundo.
Diego elabora puros sin marca de diversas intensidades en la finca Macondo de dos hectáreas de su padre, don Martín, ubicada a unos cuantos kilómetros del pueblo de Viñales.
Diego pudo haber migrado del campo a la ciudad o de su país al extranjero, como lo hacen miles de hombres alrededor del mundo. Aunque hay algunos orgullosos de sus orígenes y que, además, logran obtener ingresos honrándolos. “A mí me gusta trabajar la tierra”, me dijo. Otro ejemplo son jóvenes colombianos que optaron por trabajar en fincas cafetaleras en su país natal. En convenio con el Estado, los pequeños productores de tabaco en Cuba se quedan con el 10% de la producción y pueden tomar de los tres tipos de hoja de la mata para hacer puros. La venta de éstos representa sus ingresos, además de la venta del 90% de la cosecha de tabaco al Estado para destinarla a CUBATABACO.
Las hojas de la parte superior son de sabor fuerte y se usan para los puros Partagás. Los Cohiba utilizan las hojas a la altura media de la planta, también de intensidad media. Finalmente, las hojas de abajo son utilizadas en los puros Romeo y Julieta, de sabor menos intenso, qué ironía. Si se mezclan las hojas de los tres tipos, se obtiene un puro tipo Montecristo.
¿Cómo se produce el tabaco y se fabrican los puros? “Nada se desperdicia”, me dijo Diego. El proceso e insumos son 100% naturales porque la planta así lo permite y no a raíz de tendencias ecologistas recientes.
La siembra
Cada septiembre, se echan las semillas en el semillero y se riegan a diario por la mañana y por la tarde. También se abonan con composta natural en las mañanas que corresponde, hecha con los tallos de las plantas del año previo. La semilla del tabaco es la segunda más pequeña existente. Luego de 45 días, las semillas se transforman en plántulas y cuando alcanzan los 20 centímetros son trasplantadas al campo de cultivo a 50 centímetros entre ellas. Este proceso concluye en diciembre. Nuevamente, se riegan por las mañanas y por las tardes y la composta se aplica por las mañanas.
En tres meses, las matas alcanzan una altura de unos 120 centímetros y se les retiran las flores de color rosa con dos propósitos: obtener semillas, que serán utilizadas en el siguiente ciclo, y que la planta deje de crecer hacia arriba, crezca hacia los lados y de hojas anchas.
La cosecha
Las hojas se cosechan entre febrero y marzo. Se retiran de la mata de abajo para arriba y se dejan secar dentro del secadero, colgadas y clasificadas en hojas de la parte alta, media y baja. Sigue el proceso de fermentación, en el que el productor aporta su toque único y los puros obtienes notas de sabor y aromas particulares. Prepara una mezcla líquida de mango, miel, piña y otros ingredientes que le apetezcan. Esta mezcla se rocía a las hojas colgadas en el secadero.
Las hojas rociadas chorrean y el líquido se recoge en tinas para usarse como insecticida, pues contiene nicotina que ahuyenta a los insectos. También extraen la vena central de la hoja y la sumergen en alcohol para producir insecticida. Como dijo Diego, nada se desperdicia.
Torcer el puro
A las hojas del tabaco les toma tres meses secar y a más tardar en mayo llega el momento de escogerlas y torcerlas, lo que deriva en un puro. Sentados en una terraza techada de finca Macondo, Diego se apoya en la mesa para extender las hojas, reunirlas en un manojo y torcerlas. Lo hace ver tan fácil, pero yo no lo lograría, así que ni lo intento. Lo cubre con una hoja final de tabaco, corta las puntas del puro, hace la perilla, el extremo redondo del puro, y lo envuelve en cualquier tipo de papel. Ahí reposará por dos días para que la hoja termine de secar y luego de desenvolverla, voilá, listo para fumarlo en compañía de su mejor compañero, el ron.
Y a todo esto, ¿cuántos puros puede llevarse de Cuba el turista? Cincuenta de fábrica (con etiqueta de la marca) y 50 de pequeños productores (sin etiqueta). No fumo, pero compro tres, a 8 dólares estadounidenses cada uno, para llevarme el encantador estuche fabricado en madera por Diego y que los conservará deliciosos, como el clima de diciembre en el Valle de Viñales.
Conoce sobre el ron cubano
Carla Pascual es autora de Descubrirme en Qatar, libro autobiográfico, a la venta en Librerías El Sótano, Gandhi
Morelia: librerías El Traspatio y Café Michelena
Envíos dentro de México: Nitro/Press, Mercado Libre, Wal-Mart en línea
Envíos dentro de México y a Canadá: Tienda FENALEM
Envío gratuito dentro de EUA: shopescritoras.com